miércoles, 29 de diciembre de 2010

CAPÍTULO 18 - LA CENA.. - FELICES FIESTAS :)




- Gracias, Jessi. La verdad es que tengo muchísima hambre. - Dijo mientras frotaba sus doloridas muñecas y la miraba.
«La verdad es que la sopa me está revolviendo el estómago. Y por si no bastase con eso, Doug me lo ha acabado de revolver. Tendré suerte si no tengo que pedirle un cubo y vomitar toda la sopa.. Pero no.. Tengo muchísimas ganas de probar algo sólido.. Y esos tacos tienen una pinta tan apetecible.. Ojalá cumpla su palabra y me deje probarlos. Tan solo eso..»
- Pareces muy pensativo. ¿Hay algo que te preocupe?.
- Jessi, no quisiera defraudarte. ¿Te refieres a que me preocupa en realidad o seguimos en nuestra agradable velada?.
- Creo que quiero otro trozo de pan.
- Jessi, por favor, no te haré mas preguntas estúpidas. No lo hagas, por favor.
- He dicho que voy a partir el pan, ya sabes lo que debes hacer.
- Jessi, por favor. No lo hagas. - Dijo mientras ponía su mano sobre la mesa y se echaba a llorar.
- No sabía que estuvieses tan preocupado. - Dijo mientras conectaba el cuchillo eléctrico y posaba el pan sobre su mano.
- Eres un descuidado.. Me has puesto el pan perdido. Tendré que ir a por mas.
«Dios mío, me ha cortado un dedo.. Le hubiesen bastado unos pocos centímetros mas y todos mis dedos.. Mis pobres dedos..»
- Envuelve esa mano en la servilleta, lo estás poniendo todo perdido.
- Claro, Jessi. No te preocupes, procuraré no manchar nada.
Al momento llegó Doug corriendo por el pasillo.
- ¿Necesitas ayuda, Jessica?. - Dijo Doug preocupado.
- ¿Has acabado de hacer lo que te mandé?.
- Aún no, pero como escuché gritos. Creía que quizás me necesitabas.
- Ya ves que no. Termina lo que te dije y no me interrumpas si no quieres terminar la noche en tu coche.
«Dios, mi pobre dedo.. Me ha cortado casi dos falages y lo único que le preocupa es que no manche la mesa. Definitivamente las cosas van a empeorar. Lo se. Pero no puedo hacer nada. Todo depende de ella.»
- Déjame ver ese dedo, veré que puedo hacer con el.
- Claro, Jessi. Haz lo que debas. - Dijo temblando, mientras la miraba asustado.
- Será mejor que no mires, no es lo mismo que si te cortase las uñas.. No te será muy agradable..
- Claro, Jessi, como quieras. No te preocupes no tengo el menor empeño en verlo.
- Me parece muy bien. - Dijo mientras le esposaba la muñeca izquierda al apoyabrazos.
- Es solo para que no te muevas mas de lo necesario, pronto te dejaré seguir cenando.
- Lo se, Jessi. Intentaré no molestarte. - Dijo mientras se llevaba la mano derecha a la boca y ahogaba un grito de terror al verla blandir de nuevo el cuchillo eléctrico.
«Será mejor que cierre los ojos.. Si seré estúpido.. Jamás podré cerrar de nuevo mis ojos. Tan solo me queda desviar la mirada y confiar en que lo haga rápido. Ojalá pudiese imaginarme que estoy a miles de kilómetros de aquí.. Que nada de esto es real. Que despertaré pronto de esta maldita pesadilla..»
«Pero se que esto no es una pesadilla. Es real. Y por mucho que intente tratar de evadirme de lo que me sucede. Se que no tengo ninguna salida. Y por si me quedaba alguna duda, ella no tiene el menor problema en recordármelo constantemente.»
- Quizás sería buena idea que cerrases el puño. ¿No querrás que se manche excesivamente la mesa, verdad?.
El se apoyó en el respaldo como si quisiese atravesarlo, se tapó los ojos con la mano y sollozó asustado.
El cuchillo resonó en la habitación mientras cortaba el hueso limpiamente. Aun temblaba cuando le acercó la llama del mechero y quemó la herida.
El olor a carne quemada impregnó la habitación y le hizo toser.
- Has sido muy valiente. Por un momento pensé que te pondrías a llorar y a suplicarme que no lo hiciese.
- No Jessi, se que eso te disgustaría. Y si puede ser, prefiero no darte disgustos.
- Intento complacerte en todo lo que puedo.
- Me parece muy bien.. Sigamos con nuestra agradable velada.
- Claro, Jessi. Nada me haría mas feliz que disfrutar de esta noche contigo.
- Será mejor que sigas cenando.. - Dijo mientras le servía otro plato de sopa
- Jessi, por favor.. Sea lo que sea que le hayas puesto a la sopa. No tienes falta de endulzarme la velada.
- Me tomaré pastillas, cápsulas o cualquier otro medicamento que me des. Pero por lo que mas quieras no me hagas tomar mas sopa.
- Tengo el estómago hinchado. No puedo mas, por favor, Jessi.
- Si no quieres cenar mas, pondré música y bailaremos un par de canciones..
- Sino dirás que soy una pésima anfitriona, y no puede ser..
- Pensándolo bien, no sería una pena que se enfriase una sopa tan rica.. Creo que tomaré otro plato..
«No puedo mas.. Pero haría cualquier cosa con tal de no tener que ponerme en pie. Sería tan hermoso si pudiese quedarme plácidamente dormido y no me despertase. No quiero morir.. Pero me ha cortado un dedo como quién corta los cabellos, no quiero ni pensar en lo que tendrá pensado hacer conmigo.. Pero se que será duro..»
«Dios.. Otro maldito plato de sopa. Y aún pretenderá que me lo termine.»
Grandes gotas de sudor perlaban su frente, mientras cogía otra cucharada de sopa y se la llevaba a la boca.
Por un momento dudó si debía seguir comiendo o no, pero su meñique izquierdo casi inexistente le recordó que no tenía la menor oportunidad de negarse ha hacer lo que le pedía.
Sus ojos dirigieron una mirada sombría y hosca hacia la odiada sopera, apenas mediada. Luego levantó la vista y la vio radiante y feliz.
«Será mejor que trate de ganar tiempo.. Es casi imposible, pero.. ¿Y si, lograse que cambie de idea?. O aun mejor.. ¿Y si Doug se pone de mi lado y decide ayudarme a salir de aquí?. O quizás.. ¿Y si llegase alguien y me salvase?.. Mierda.. ¿A quién coño intento engañar?. Esto no son mas que castillos en el aire.. Vanas esperanzas que ya nacen truncadas. Carreteras sin salida que jamás llegarán a su destino.. Dios, me estoy deprimiendo..»
- Jessi, tienes una cabaña encantadora en mitad del bosque. Realmente acogedora con su chimenea siempre encendida y seguramente estará cerca de las pistas de esqui. ¿Como es que nunca habíamos venido aquí?.
- La compré poco después de que rompiéramos. Me gustó la idea de tener un sitio relativamente aislado y a la vez acogedor donde refugiarme fuera del mundanal ruido. Es un lugar realmente tranquilo y hermoso.. El lugar ideal donde pintar..
- Pero, ¿Pintas?. Nunca me lo habías dicho.. No sabía que te gustase.
- No me interrumpas..
- Perdón, Jessi, no quería molestarte.
- Es una verdadera lástima que no veas la montaña en Primavera, en la época del deshielo, baja el riachuelo a unos ciento cincuenta metros de la cabaña.. Se llena todo de flores, y parece casi una postal..
- Te encantaría verlo, estoy segura.
- Tiene que ser precioso, Jessi. Me gustaría mucho verlo. Pero.. pero.. - Dijo mientras las lágrimas rodaban por sus mejillas y se echaba a llorar asustado.
- Pues vaya una velada agradable que me estás dando..
- ¿Te parece normal ponerte a llorar en el primer plato?.
- Yo.. yo.. lo siento mucho, Jessi. No se que me pasa, de veras.
- Te juro que no suelo llorar en las citas.. No se porque, pero me he emocionado..
- Dijo mientras se limpiaba las lágrimas con la manga y la miraba preocupado.
- Cualquiera diría que te estoy tratando mal.. Si solo estamos cenando. - Dijo mientras le miraba seria.
- Trataré de hacerlo mejor, te lo prometo.. No te enfades conmigo, por favor.
- Te hace falta relajarte un poco.. - Dijo mientras le quitaba las esposas de la muñeca izquierda y se la colocaba sobre la mesa.
- Jessi, por Dios, no lo hagas. Por lo que mas quieras, vuelve a esposarme la muñeca, por favor.
- Noooooooooooo - Chilló fuera de si, al verla acercarse con el cuchillo apagado, mientras retiraba la mano.
- ¿Te da miedo el cuchillo o que te pasa?.
- Miedo no.. Me.. me.. me.. - Dijo mientras se echaba a llorar aterrado.
- Yo.. yo.. yo.. - Dijo entre sollozos
- Suerte que no estamos en un restaurante. Menuda escenita que me estás montando.. - Dijo mientras le sonreía.
«En este momento me gustaría estar en cualquier restaurante.. Allí fijo que nos limitaríamos a comer y a charlar amigablemente. Pero no.. Es imposible.. Ir al peor restaurante en que haya estado jamás, ahora mismo casi me parece un sueño.. Lo que daría por estar allí.. Con la comida grasienta, que cuando llega a la mesa o está fría o peor aún quemada, cuando no te la traen directamente cruda.. Mas que cuchillo deberían de ponerte una motosierra porque mas que carne, parece cemento armado.. Eso por no hablar de los pescados, que siempre tienen mas espinas que otra cosa y que están camuflados en una salsa de color indescriptible y de fuerte aroma.. Quizás para ocultar que hace días que dejaron de estar frescos.. Por no hablar de la mayonesa.. Sabes que te sentará como un tiro, pero casi todo en el menú la lleva.. O la comes, o la comes.. Y que decir del pésimo servicio, los camareros que se echan la siesta entre plato y plato, que a la que te descuides te vuelcan la mitad de la comida en el mantel. Que solo aparecen la quinta vez que los llamas.. Los baños que no se han limpiado desde hace meses.. O sea, un local perdido en un pueblo desierto, sin ningún otro local en varios kilómetros a la redonda.. Porque sino lo último que harías sería entrar ahí.. Pero si, con todo ahora parece un sueño.. Un hermoso y lejano sueño que se que no se cumplirá.. Lo que daría por poder estar cenando allí..»

domingo, 12 de diciembre de 2010

CAPÍTULO 17 - UNA DELICIOSA SOPA..





«Si será tan diferente que de hecho nunca sucederá. Eres mucho mas cruel de lo que estoy dispuesto a admitir. Tengo que hacer como si nada hubiese sucedido, mientras veo sobre la mesa. A tu lado, el cuchillo eléctrico listo para ser usado.»
«Si tan agradable es la velada y te consta que no puedo andar por mucho que lo intente. ¿Porque me has atado por la cintura al sillón?. ¿Acaso crees que podría ir muy lejos tal cual estoy?.»
«Será una agradable velada. No me queda otra, en el momento en que te canses de jugar conmigo a las citas, a las cenas o a lo que sea que estés jugando. Me llevarás de nuevo.. ¿A dónde?. Tanto me da que me lleve a la habitación como al baño. Donde sea es lo mismo, porque será lo último que veré antes de perder la vida..»
- ¿No está buena la sopa?.
- Si, Jessi, está buenísima. - Dijo mientras comía otra cucharada
- Me alegro de que recuerdes que odio las sopas. Todo un detalle por tu parte, el hecho de que lo recuerdes.
- ¿Que te había dicho?. - Dijo mientras le miraba con severidad.
- Perdona, Jessi, me fijaré mas.
- ¿Está buena la sopa?. ¿Quieres repetir?.
- Si, está tan buena que me comería otro plato. - Dijo con lágrimas en los ojos.
- ¿Están buenos tus tacos?.
- Si, si, la verdad es que me han quedado buenisímos.
- ¿Puedo preguntarte una cosa?. ¿Prometes no enfadarte conmigo?.
- Claro que si. Pregúntame lo que quieras.
- Si me termino la sopa. Y lo que hayas preparado para mi. ¿Me dejarás después probar un taco, aunque solo sea un trocito?. Por favor, Jessi.
- Claro que si, siempre y cuando te termines toda tu cena, te dejaré probar los tacos.
- Oh, muchas gracias, Jessi. No sabes las ganas que tengo de probarlos..
- Sabes.. Nunca imaginé que mi última cena fuese así. Pero, estoy contento.
- Me encanta poder charlar un poco contigo y poder mirarte a los ojos.
- Tenía tantas ganas de estar un rato a solas contigo.
- Se que es mucho pedir. Pero.. ¿Me dejarías enviar aunque solo fuese un DM de despedida?.
- Te prometo que no diré donde estoy, ni mucho menos que estoy contigo. O aunque solo fuese un tweet, por favor, Jessi.
- Claro, como no.. ¿No quieres también que te deje avisar a la policía?. ¿O quizás que te lleve hasta la Comisaría y me incrimine yo misma?.
- Perdona, Jessi. No quería molestarte. Es solo que..
- Que me gustaría poder despedirme. O al menos actualizar mi estado.
- No puede ser que mi último tweet sea.. «Buenas noches, ahí se leen».
- No preocupes por eso. Ese no fue tu último tweet.
- ¿No?. Entonces, eso quiere decir que.. ¿Me has suplantado?. ¿Que se supone que he dicho?.
- Una cosa.. ¿No habré contestado menciones, verdad?.
- ¿Podría, al menos leer mis tweets?. Por favor, necesito saber que he dicho.
- Termínate la sopa, no querrás que se te enfrie, ¿verdad?. - Dijo mientras le miraba furiosa
- Claro, Jessi, la sopa está buenisíma. - Dijo mientras sendas lágrimas rodaban por sus mejillas.
- ¿Que otra cosa podría estar haciendo ahora que no fuese disfrutando de una deliciosa sopa?.
«Claro.. Es ya lo único que me queda, esta cena. Apuesto a que en cuento termine de tomar el postre.. Dios, que iluso soy.. Seguro que no habrá ni postre siquiera.. En cuanto me tome la sopa o lo que sea que me haya preparado para después fijo que me llevará.. ¿A donde?. Seguro que al baño. No creo que quiera ensuciar la habitación. Porque ahora que lo pienso, no ha hecho nada excesivamente sangriento en la habitación..»
«Odio la maldita sopa, y ella lo sabe, sabe que jamás tomo sopa.. Pues nada, no podia ser de otro modo, mi última cena y estoy tomando sopa, no uno, sino dos platos..»
- ¿Estás algo pensativo, no?. Mira que llevas tiempo insistiendo para que salgamos y ahora resulta que no tienes nada que decirme.. - Dijo mientras le miraba a los ojos y encendía el cuchillo eléctrico.
- Jessi, perdóname, por favor. Trataré de hacerlo mucho mejor. No pretendía enfadarte. - Dijo mientras miraba aterrado el cuchillo.
- Tranquilo, solo estamos cenando.. Estira el brazo y extiende tu mano izquierda sobre la mesa.
- Jessi, por favor. Por lo que mas quieras, no lo hagas. - Dijo mientras hacia lo que le pedía temblando.
- Haré lo que quieras, Jessi, por favor. - Dijo mientras un sudor frío le recorría de la cabeza a los pies, y la miraba aterrado.
- ¿Se puede saber que te pasa?. - Dijo mientras ponía la barra de pan sobre su mano y se reía.
«Dios.. dios.. dios.. Me va a cortar la muñeca.. Que digo cortar.. Ojalá solo fuese un corte. Pero no, pretende amputarme la muñeca, como el que parte.. Dios.. no lo quiero ni pensar..»
- Nada, Jessi, no te preocupes, estoy bien. - Dijo mientras desviaba la mirada y se apoyaba en el respaldo del sillón.
«El maldito cuchillo.. no quiero ni verlo.. Que haga lo que sea. De todas formas se que lo hará. No tengo forma alguna de impedírselo..»
- Me hace falta un trocito de pan.. - Dijo mientras partía el pan sobre su mano y detenía el cuchillo justo antes de tocar su muñeca.
- Oh, gracias, Jessi. - Dijo mientras respiraba aliviado.
- ¿Quieres pan para acompañar la sopa o no se te apetece?. - Dijo mientras le miraba sonriente.
- No, Jessi, de veras que no. No se me apetece comer pan.
- En tal caso retira tu mano y sigue cenando.
- Claro, Jessi, eso haré. Muchas gracias, eres realmente amable.
- ¿Se te apetece escuchar un poco de música?.
- Claro, Jessi, me encantaría escuchar un poco de música.
- Cierto, la música siempre viene bien. Estoy segura de que te encantará bailar un rato después de la cena.
- Si tu quieres bailaremos, aunque hoy estoy algo cansado de trabajar.
- Creía que solo cenaríamos y pasaríamos un rato agradable.
- Vamos, no me digas que no se te apetece bailar un par de canciones conmigo.
- Pero.. Jessi. Sabes que no puedo ni ponerme en pie, apenas si puedo sostenerme.
- ¿Que te había dicho?. - Dijo mientras le miraba furiosa.
- ¿Es que ni siquiera puedes recordar algo tan sencillo?. - Dijo mientras se levantaba y le daba una ostia.
- Perdóname, Jessi. Debe de ser que se me está subiendo a la cabeza el Whisky. Con tanto brindis, he debido de beber demasiado.
- Claro que si, bailaremos. Nada se me apetecería mas que bailar contigo. - Dijo mientras se frotaba su enrojecida mejilla.
- Eso debe de ser. Por cierto, te veo algo preocupado. ¿Va todo bien en el trabajo?.
- Gracias por preguntar, la verdad es que si, no podría irme mejor. Tengo el despacho repleto de encargos.
«Encargos a cual mas interesante, que jamás haré. Encargos que podrían haber atraído a nuevos clientes. Encargos que jamás llegarán.. Al final todo se reduce a eso. Ya nunca los haré. Ya no hay nada que pueda decidir. Lo único que puedo elegir es comerme esta sopa o no. Y se que en el momento en que ella se canse de jugar conmigo me matará. Lo único que estoy haciendo es retrasando ese momento..»
- Me alegro de que te vayan tan bien, las cosas. Quizás me pase por tu despacho la semana que viene. Podríamos, quizás desayunar juntos.
- Claro, Jessi, puedes venir cuando quieras.
De pronto, sonaron unas campanillas.
- Joder.. Seguro que es ese estúpido otra vez. - Dijo mientras cortaba un trozo de cinta de embalaje y se le acercaba.
- No haré ruido, Jessi, por favor. - Dijo mientras la miraba asustado.
- Claro que no. No harás nada. - Dijo mientras le esposaba la muñeca derecha al apoyabrazos del sillón.
El sollozaba asustado mientras le esposaba la muñeca izquierda al sillón y le movía hasta el pasillo, lejos de la vista de la puerta.
- Mas te vale, estarte quietecito y no decir ni una sola palabra o lo pagarás. - Dijo mientras le ponía el cuchillo a la altura de la sien y se alejaba.
«Ni siquiera puedo tener una cena tranquila. Era demasiado pedir. Sea quién sea, aquí no me verá. ¿Además quién mas puede saber donde está esta puñetera cabaña?. A este lugar tan apartado y oculto solo podría llegar alguno de sus conocidos, y menos en una noche desapacible y en la que no para de nevar.. Nadie en su sano juicio saldría de casa para internarse en la montaña..»
- ¿Se puede saber porque has vuelto?. Creí haberte dicho que ya no tenías nada que hacer aquí.
- Jessi, por favor. Ha nevado mucho, el coche está casi enterrado en la nieve. Apenas me queda ya gasolina y hace mucho frío.
- Dejame quedarme un rato y entrar en calor. Te prometo que no te molestaré.
- Haberlo pensado antes de portarte como un animal. Si no llego a entrar en ese momento le hubieses asesinado.
- Lo siento, Jessi, de veras que no se lo que me pasó.
- Nada de Jessi, para ti, soy Jessica. ¿Está claro?.
- Si, Jessi, Jessica, perdón. ¿Me dejarás quedarme hasta por la mañana o tendré que avisar de que me he perdido en la montaña?.
- No son ganas de molestar, pero no puedo gastar la poca gasolina que me queda usando la calefacción, o no tendré combustible para regresar.
- Está bien, te dejaré quedarte. Pero no creas que te vas a dedicar a descansar..
- No, claro que no, Jessica. Te ayudaré en lo que quieras.
- Ve a recoger la habitación, tienes ropa de cama limpia en el armario. Quiero que quede como si no se hubiese usado. ¿Sabrás hacerlo?.
- Claro que si. Te prometo que la dejaré perfecta.
- Y otra cosa..
- ¿Si?. ¿Que mas quieres que haga?.
- Ve al pasillo y traeme el sillón del ordenador.
- Claro, ahora mismo te lo acerco.
Doug se alejó por el pasillo, y no se sorprendió al verle sentado en el sillón.
- Mas te vale no molestarme o lo pagarás caro. - Dijo mientras le cogía por el cuello y le cuchicheaba al oído.
- Y no pongas esa cara.. Ni te he tocado. - Dijo mientras le daba un puñetazo en el estomago y le guiñaba un ojo.
- Creo que se alegra de verme. ¿Quieres que le acerque a la mesa?.
- Si, déjale ahí y ponte ha hacer lo que te he dicho.
- Claro, Jessica, descuida, ahora mismo lo hago.
- Bueno, nosotros seguiremos con nuestra agradable cena. - Dijo mientras se le acercaba y le quitaba las esposas dejándolas enganchadas a los apoyabrazos.
El la miró preocupado y señaló la cinta de embalaje que cubría su boca.
- Claro, quitate eso. Sino como ibas a poder terminarte la sopa. - Dijo riéndose.

lunes, 6 de diciembre de 2010

CAPÍTULO 16 - IMAGINACIÓN..



- Muy bien, me alegra ver que nos entendemos. -Dijo Doug riéndose, mientras se desabrochaba los pantalones.
- Veras como te gusta. - Dijo riéndose mientras le cogía por las caderas y de un solo empujón le penetraba.
El ahogó un grito en su garganta y apretó los puños con rabia.
- No está mal.. Lástima que no tenga mas días para que estés un poco mas abierto. Pero nos tendrá que servir.
- Así.. mmm así.. mmm.
«Mierda.. ¿Como puede hacerme esto?. No puede ser.. Esto no puede estar sucediéndome a mi. Maldito animal, si salgo de esta te juro que te mato. ¿Te crees muy valiente violando a alguien que no puede hacer nada para intentar defenderse?. Y no solo eso, aun te parece poco y me amenazas con quemarme si me quejo.»
- Mmmmmmmmm mmm así así mm - Gemía Doug
- Falta un pequeño detalle, pero que desconsiderado soy.. - Dijo mientras cogía la soga y se la ponía.
«Joder.. joder.. ¿De dónde ha salido este cabrón?. No parará hasta que me estrangule. Es lo único que parece gustarle. Cabrón, mátame de una maldita vez. Joder, mátame.. Por favor, hazlo ya..»
- Mmmmm - Sollozaba aterrado
- Así .. así.. Vamos montón de mierda.. Compórtate como un buen hombrecito y deja de gimotear. - Dijo mientras le quemaba los muslos con el mechero.
- Umm mmm así.. así.. - Dijo mientras le follaba dando violentos empujones a la vez que tensaba la soga.
- Ummmmmmmmmmmmmm - Dijo Doug tensando aún mas la cuerda hasta cortarle la respiración.
- Ahhhhhhhhhhhh
«No pue.. puedo.. respi.. rar..»
- Ummmmmmmmmmm - Dijo Doug mientras se tumbaba sobre el, aflojaba un poco la soga y le sacaba el pepino de la boca.
- Gracias. - Musitó aún mareado mientras tomaba una gran bocanada de aire.
- Bueno, ya te has divertido suficiente.. - Dijo mientras cogía el pepino y le volvía a desgarrar con el.
- Ahhhhhhhhhhhhhh - Chilló de dolor
- Se ve que no aprendes. ¿Que te había dicho?. - Dijo mientras le acercaba el bisturí al cuello
«¿A que esperas pedazo de cabrón?. Termina de una vez. Te basta un pequeño corte para acabar conmigo. Vamos, mátame de una maldita vez..»
- Por favor.. Por favor.. - Suplicó aterrado
- ¿Otra vez llorando?. Quizás es que quieres que te refresque un poco mas.
- Me callaré, pero.. No me meta mas en el cubo, por favor, no.
- Deja de gimotear y portate como un hombrecito. - Dijo mientras le quitaba las esposas
- Tumbate sobre la cama, vamos que no tengo todo el día.
- Y ni se te ocurra hacer nada que no te haya ordenado.
- Si. - Dijo mientras le miraba aterrado
«Joder.. me duele todo el cuerpo. Apenas si puedo moverme. ¿Que querrá hacerme ahora esta mala bestia?.»
- Muy bien, eso está mejor. Pero la próxima vez lo harás mas deprisa. - Dijo mientras le daba un puñetazo en el estómago y le quitaba la soga.
Dejó los brazos a su espalda y ni se inmutó cuando le dio otro puñetazo.
«Vamos. Maldito animal. Mátame.. ¿A que esperas?...»
- Quizás si hayas aprendido algo. Aunque no lo que deberías. - Dijo mientras le miraba serio
- Acerca las muñecas al cabecero.
El hizó lo que le pedía, mientras gruesas lágrimas resbalaban por sus mejillas.
- Otra vez gimoteando. - Dijo mientras le esposaba ambas muñecas al cabecero y se le acercaba con el bisturí en la mano.
- Ahhhhhhhhhhhhhhhh - Chilló aterrado al ver el bisturí a punto de clavarse en su garganta
De pronto, Jessi entró en la habitación y le vio.
- ¿Se puede saber que pretendías hacer?.
- Ya no me sirve.. Apenas si reacciona. Te iba a ahorrar el trabajo de matarle.
- ¿Estás borracho?.
- No, como voy a estar borracho, si apenas he bebido.
- Lárgate y rápido, antes de que tenga algo de lo que arrepentirme.
- Pero.. Jessi. Es noche cerrada y está nevando. ¿No podría quedarme hasta que amanezca?.
- No, ni un minuto mas.
- Ah, y si se te ocurre hablar con alguien, recuerda que tengo grabado hasta el último segundo de lo que has hecho.
- Y ahora fuera.
- Lo siento, Jessi. Perdóname, no se que me ocurrió.
- Fuera - Chilló enfadada
Doug salió de la habitación, cogió su abrigo y salió de la cabaña dando un portazo, sin mirar atrás.
- Bueno, al menos estás casi vestido. Algo es algo. - Dijo mientras le quitaba las esposas
- Gracias, Jessi, no sabes cuanto me alegro de verte.
- Ponte el pantalón, vamos rápido.
- Lo intentaré, pero no te enfades conmigo, por favor.
- Será mejor que te acerque los zapatos.
- Gracias, Jessi, pero.. ¿Para que quieres que me vista?.
- ¿Te lo has pensado mejor y me dejarás irme de aquí?. Díme que si, por favor, Jessi.
- No hagas preguntas estúpidas y date prisa.
- Jessi, no me caben los zapatos, tengo los pies muy hinchados. ¿Puedo no ponérmelos?.
- Claro, no hay problema.. Si no caben siempre puedo amputartelos. ¿Crees que un muñón cogería en el zapato?. - Dijo mientras le mostraba el cuchillo eléctrico.
- Cogerán.. Seguro que cogerán. - Dijo mientras se apresuraba a empujar su pie roto en el zapato y ahogaba un grito de dolor en su garganta.
«Dios.. Dios.. Como duele.. Mierda de zapatos. ¿Porque coño aquel maldito día no me habré puesto unos playeros?. No, hasta eso tiene que salir mal. Tuve que ponerme estos condenados zapatos.. Estoy destrozando mis pies, todo por culpa de los zapatos..»
«No. ¿A quién intento engañar?. Me estoy destrozando los pies, porque ella ha dicho que si no me los pongo, me quedaré sin pies.. Y la veo completamente capaz de cumplir su amenaza. Joder.. Al final acabaré echando de menos a esa mala bestia.. Quizás hasta maldiga mi suerte.. Si ella hubiese tardado cinco minutos en volver.. Quizás estaría muerto..»
- Muy bien, y ahora vamos hasta el salón. ¿Crees que podrás caminar?.
- Lo intentaré, Jessi.
- Hazlo.
- Si, Jessi, ya lo hago, lo intento.
El apoyó ambos pies en el suelo. Se apoyó sobre sus muñecas e intentó ponerse en pie.
- Ahhhhhhhhhhhh - Chilló de dolor
- ¿A que esperas?.
- Ya voy, Jessi. Lo intentaré de nuevo si tu quieres.
- Ahhhhhhhhhhhhhh - Chilló de dolor mientras se dejaba caer pálido sobre la cama.
- No puedo, Jessi, por favor. No me hagas andar.
- Hazlo. - Dijo mientras le miraba seria.
- Lo intentaré. Haré lo que tu quieras. - Dijo llorando, mientras la miraba asustado.
- Ahhhhhhhhhhhh - Chilló de dolor antes de desmayarse.
- Vaya ya era hora de que despertases.
- Lo siento, Jessi, no pude evitarlo.
- Vamos, camina de una vez.
- Jessi, por favor, por lo que mas quieras, no sigas.
- Debo de tener ambos pies rotos, no puedo sostenerme en pie, por favor.
- Está bien, tendré un poco de consideración contigo.
- Oh, gracias, Jessi. Significaría mucho para mí.
- Te voy a dar cinco minutos.. Si en cinco minutos no estás en el salón nunca mas tendrás que preocuparte de comprar zapatos. ¿Está claro?.
- Si, Jessi, lo está. Pero.. ¿No podrías darme al menos un poco mas de tiempo?.
- Por favor, Jessi.
- Cinco minutos.. - Dijo mientras salía de la habitación.
«¿Y ahora que hago?. No puedo ni dar un paso.. Solo me queda una salida.. Tendré que arrastrarme. Aunque no se para que lo intento. Si me los quiere cortar lo hará de todos modos. Dios, jamás lo conseguiré. Me duele todo el cuerpo.. ¿Como conseguiré arrastrarme si ni tan siquiera mis muñecas me responden?.»
Apenas se había arrastrado hasta la puerta cuando se dejó caer agotado y lloró.
«Jamás lo conseguiré. ¿Para que me engaño?. Haga lo que haga, no tengo salida.»
De pronto escuchó sus pasos acercadose y tembló aterrado.
- Se ve que no tenías muchas ganas de conservarlos.
- Jessi, por favor. Lo he intentado. De veras, pero no puedo mas.
- Dame un poco mas de tiempo. Por favor, no lo hagas.
- Vamos te ayudaré a sentarte. - Dijo mientras le acercaba el sillón del ordenador.
- Muchas gracias, Jessi.
«Dios.. Dios.. Dios mío. ¿Como puedes ser tan cruel?. Tenías todo este tiempo el sillón del ordenador y me has obligado a arrastrarme. Cuando habría bastado con que me sentase y me empujases hacia donde quisieras..»
- ¿Tanto me odias?. - Dijo preocupado.
- Si te odiase ya hace tiempo que habrías dejado de respirar.
- ¿Puedo preguntarte al menos donde me llevas?.
- Claro que si. Vamos al salón, te había prometido una cena, ¿recuerdas?.
- Oh, Jessi.. La cena de despedida. - Dijo con lágrimas en los ojos
- No sabes la ilusión que me hace poder hablar un rato contigo sin que me hagas daño.
- Vamos no dramatices.. Casi ni te he tocado.
- Claro, Jessi. Como tu digas, apenas me has tocado. Ni tu, ni tu amigo.
«Tan solo intentó matarme varias veces.. Aún tengo en el cuello la marca del bisturí.»
- ¿Quieres volver ya a la habitación o cenar?. Tu decides.
- Pero.. ¿He dicho algo que te haya molestado?.
- Usa tu imaginación o se terminó la cena.
- Acabamos de dar un agradable paseo por el bosque.
- Hemos brindado y nos espera una agradable cena. ¿Podrás hacerlo?.
- Lo haré, no te preocupes.
- Lo intentaré, haré como si nada hubiese sucedido.
- Sé que lo harás.
- Debes de tener hambre, ¿verdad?. Tanto rato esperando en la parada del bus.
- Si, tengo muchísima hambre.
- No te preocupes, tenía muchas ganas de verte.
- Me alegro de que me hayas querido dar otra oportunidad.
- Te prometo que esta vez será diferente.
- Sé que lo será. - Dijo mientras le guiñaba un ojo.
- Será mejor que te sirva la sopa, debes de estar muerto de hambre. - Dijo levantandose.
- Si, muchas gracias, Jessi. - Dijo mientras se limpiaba las lágrimas con la mano e intentaba disimular.